La ropas inteligentes, prendas con sensores de salud que avisan al médico, camisetas que monitorizan el corazón y la sudoración y que detectan el estado de ánimo, y bañadores o paraguas que cambian de color en contacto con el agua ya podrán adquirirse este año.
La ropa inteligente es un negocio en auge. Según las previsiones de CCS Insight, empresa de información sobre dispositivos y redes de conexión, el consumo de dispositivos electrónicos incorporados en la vestimenta pasará de los 9,7 millones registrados en 2013 a 135 millones en el año 2018.
La evolución de los tejidos inteligentes y su relación con la medicina preventiva apoya esta afirmación.
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